El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, que aspira a la reelección, y su rival político, Luiz Ignacio Da Silva, se medirán en las urnas este domingo.
Unas elecciones que dividen a Brasil en dos, ambos candidatos tienen apoyo popular y se espera que el país sudamericano defina su rumbo político el próximo domingo.
«Creo que son las elecciones más polarizadas desde que Brasil recuperó la democracia (1985). Es sin duda la elección con dos fuerzas más concentradas», dijo a Efe la analista Carolina Almeida de Paula, investigadora de la Universidad del Estado de Río de Janeiro (UERJ). Reseñó EFE.
La analista aclaró, no obstante, que la polarización no significa que los dos candidatos sean extremos.
«Sabemos que un lado sí es extremo, la extrema derecha de Bolsonaro, pero a Lula no se le puede considerar como de extrema izquierda. Representan dos fuerzas aglutinadoras que crearon dos campos que polarizan», subrayó.
Esa división también se refleja en sus índices de rechazo: mientras que un 50 % de los electores dice que no votaría por Bolsonaro de ninguna forma, un 38 % dice lo mismo de Lula.
Bolsonaro, por su parte, ha ablandado sus históricas posiciones radicales, se ha acercado al centro y hasta ha pedido disculpas por algunos de sus actos y dichos mas reprochables.
De acuerdo con una reciente encuesta, el 67,5 % de los brasileños temen ser agredidos por sus posiciones políticas y un 3,2 % dijeron haber sido amenazado por ese motivo en el último mes.
El politólogo Marco Antonio Carvalho Teixeira y Almeida de Paula coinciden en que el tiempo necesario para que la polarización y la radicalización sean superadas dependerá de la rapidez y la forma con que el perdedor admita su derrota.















