Advertisement

Para ayudar a un aliado político, Nicaragua no pedirá visas a cubanos

Nicaragua permitirá a los cubanos entrar al país sin visas, en un momento en que el gobierno de la isla, doblemente asediado por una severa crisis económica y un creciente descontento popular, busca vías para exportar la disidencia.

La medida podría significar un aumento del arribo de cubanos a la frontera sur de Estados Unidos, cuando el país ya enfrenta un número récord de migrantes que intentan entrar de manera irregular.

A partir del lunes, el Ministerio de Gobernación del régimen de Daniel Ortega estableció el “libre visado” para los ciudadanos cubanos que quieran entrar el país, dijo en un comunicado el viceministro Luis Cañas.

Según el funcionario, la medida se debe a “la cantidad” de solicitudes de visa de cubanos con familiares en Nicaragua y busca promover “el intercambio comercial, el turismo y la relación familiar humanitaria”.

La eliminación del requisito de visado en un país que forma parte de una ruta terrestre hacia la frontera de Estados Unidos con México, podría provocar un nuevo éxodo de cubanos, consideran expertos y activistas.

“En efecto, ya se ha producido un flujo cuantioso de cubanos hacia Estados Unidos y otros países, agravado por la crisis sanitaria, económica y política en Cuba y ese éxodo probablemente se intensificará en los próximos meses,” comentó Jorge Duany, director del Cuban Research Institute de la Universidad Internacional de la Florida (FIU).

UNA ECONOMÍA PARALIZADA

Cuba enfrenta una severa crisis económica, con escasez de bienes, una inflación por las nubes y pocas perspectivas de recuperación rápida, tras sufrir casi dos años de paralización de su economía debido a la pandemia.

El gobierno ha permitido la creación de pequeñas empresas privadas, pero mantiene un esquema de economía centralizada socialista con muy bajos índices de producción y el país sigue siendo poco atractivo para la inversión extranjera.

Si bien las sanciones estadounidenses han disminuido los ingresos del gobierno por concepto de remesas y viajes a Cuba, también han obstaculizado el envío de ayuda a familiares en la isla, denuncian algunos activistas.

Muchos cubanos están buscando vías alternativas para emigrar debido a la suspensión de los servicios consulares en la Embajada de Estados Unidos en La Habana desde 2017, a raíz de los llamados “ataques sónicos” o incidentes anómalos de salud, según la terminología empleada ahora por la actual administración, señaló Duany, quien ha estudiado los patrones migratorios de los cubanos durante varias décadas.

A las tribulaciones económicas, ahora se suma un clima de represión contra los jóvenes que han criticado al gobierno en protestas multitudinarias o en las redes sociales. El gobierno ha presionado a varios opositores y activistas a abandonar el país recientemente, una estrategia que ha usado en el pasado para debilitar a la disidencia interna.

Anecdóticamente, muchos cubanos han comentado en las redes sociales sobre su intención de emigrar tras la eliminación de las restricciones de viaje relacionadas con la COVID-19 el 15 de noviembre. Ese día, el gobierno cubano reabrió los aeropuertos internacionales luego de un prolongado cierre.

“Aunque el gobierno cubano cerró las fronteras en marzo de 2020 a causa de la pandemia del coronavirus, desde entonces miles de cubanos han logrado viajar a otros países por medios legales o clandestinos, como ilustra el aumento de balseros cubanos detenidos por la Guardia Costera de Estados Unidos y el creciente número que se ha trasladado a países latinoamericanos como Guyana, Surinam, Colombia, Panamá, Honduras, Chile y Uruguay”, comentó Duany.

“También se han reportado complicadas rutas migratorias desde Cuba hacia Rusia, Serbia, Montenegro y Macedonia con la intención de ingresar a la Unión Europea,” añadió.

AUMENTA LA EMIGRACIÓN CUBANA

El número de cubanos que intenta llegar a Estados Unidos ha ido en aumento, con cifras que emulan el arribo de cubanos tras la reanudación de las relaciones diplomáticas entre ambos países en el 2015.

Según estadísticas de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos (CBP), en el año fiscal 2021, que comenzó en octubre del 2020 y concluyó en septiembre de este año, más de 39,000 cubanos intentaron llegar a suelo estadounidense, la mayoría, a través de la frontera con México. La cifra es más del doble de los que lo intentaron en el año fiscal 2020, unos 14,000.

No queda claro cuántos de estos cubanos fueron admitidos porque las estadísticas incluyen tanto las expulsiones como las detenciones. Estas últimas podrían ser el preámbulo de un proceso de asilo o de la obtención de un permiso condicional de entrada o parole, por ejemplo.

No obstante, los números muestran un aumento marcado de la emigración de cubanos, luego de una caída significativa durante los años de la administración de Donald Trump.

Dentro de estas estadísticas recientes se incluyen cubanos que abandonaron el país hacia destinos como Brasil y Uruguay en años anteriores y que de nuevo han tomado la peligrosa ruta terrestre que pasa por zonas selváticas o controladas por narcotraficantes para atravesar Colombia, Centroamérica y México, rumbo a Estados Unidos.

“El país vuelve a desangrar su talento generacional”, dijo Ric Herrero, director ejecutivo del Cuba Study Group. “¿Qué significa eso para el futuro de un país que se resiste al cambio económico y político? No presagia nada bueno“.

DOS ALIADOS POLÍTICOS DESAFÍAN A EEUU

Cuba y Nicaragua han sido sancionados recientemente por la administración de Joe Biden: en el caso de Cuba, por la represión contra los manifestantes del 11 de julio y, en el de Nicaragua, por la represión contra candidatos de oposición y el fraude electoral que llevó a la reelección a Daniel Ortega.

Esta no es la primera vez que ambos países parecen emplear, de manera concertada, el tema migratorio como un arma política contra el gobierno estadounidense de turno.

En el 2015, unos días después de un viaje del canciller cubano Bruno Rodríguez a ese país, el gobierno de Ortega negó la entrada a cerca de 3,000 cubanos que se encontraban varados en Costa Rica y bloqueó los esfuerzos de varios países de la región para solucionar la crisis. Eventualmente, el gobierno de Costa Rica ayudó a coordinar una compleja operación para el traslado de cerca de 8,000 cubanos por aire y por mar a México con destino a Estados Unidos.

Haciéndose eco de las acusaciones del gobierno cubano, el entonces vicecanciller nicaragüense, Dennis Moncada, dijo en aquel momento que su país no se prestaría para “legitimar” la política de “pies secos, pies mojados”.

La política de “pies secos, pies mojados” permitía que los cubanos que llegaban a territorio de Estados Unidos pudieran quedarse en el país legalmente. Su eliminación era uno de los objetivos de la política exterior del gobierno cubano.

El funcionario nicaragüense pidió a la administración de Barack Obama, en aquel momento comprometida con un mejoramiento de las relaciones con Cuba, que “corrigiera” sus políticas migratorias.

En enero del 2017, a solo días de dejar la Casa Blanca, la administración de Obama la eliminó citando la necesidad de tratar a todos los migrantes por igual.

Fuente: El nuevo Herald