El parlamentario está convencido que la lamentable pandemia del coronavirus que hoy azota al mundo, le cayó como anillo al dedo al régimen de Nicolás Maduro, porque ya el país estaba paralizado pues la escasez casi total de gasolina inmovilizo el transporte público y el resto del parque automotor también estaba paralizado. Ya las calles estaban desiertas antes de la medida gubernamental. El tráfico aéreo internacional estaba en igualdad de condiciones pues la mayor parte de líneas aérea habían suspendido sus vuelos hacia Venezuela por muchas causas y el mismo régimen, por sus caprichos políticos, suspendió a la línea aérea de Portugal. En cuanto a los vuelos nacionales solo bastaba pasearse por algún aeropuerto del país para ver la soledad reinante y percatarse de inmediato que la crisis económica afectaba a todos los niveles de la vida del país.
Apuntó Velazco que las consecuencias de este confinamiento son muy graves y delicadas, con un aislamiento sin ningún tipo de medidas y estrategias gubernamentales tantos de tipos sanitarias, como las que permitan el sostenimiento de las vidas de millones de venezolanos, que no tienen empleos formales porque este régimen ha destruido todo y viven del día a día, de la maraña como dicen popularmente. Por otro lado, dijo Velazco, el régimen no garantiza los derechos fundamentales de un ser humano venezolano establecidos en la constitución Nacional, como lo es derecho a la alimentación, a la salud, a la educación. Un ejemplo claro de esto, es que en medio de una pandemia no cumple ni siquiera con las ayudas que prometió como fueron las cajas Clap y otras en materia económica que llegan de manera espasmódica y que son discriminatorias y, en consecuencia, inconstitucionales como son las miserias q entregan a quienes tienen el manipulador carnet de la patria.
En este orden de ideas, conociendo la realidad de la pandemia, ni Venezuela ni ningún país del mundo pueden vivir con sus economías paralizadas, apunta el líder de AD en el Zulia. De hecho, dijo, ya en países europeos y otras latitudes se están relajando las medidas de confinamiento y exhortando a los ciudadanos a mantener las precauciones sanitarias para que se reactive la economía.
Por esto es urgente la instalación de un Gobierno de Emergencia Nacional, que actúe bajo un consenso Nacional de todos los sectores y de esta manera se tomen decisiones oportunas que permitan la flexibilización del Aislamiento Social y aun cuando no haya gasolina que permitan a las empresas, industrias, comercios, etc., reabrir sus puertas de manera gradual y con los ciudadanos tomando las medidas sanitarias que se recomiendan.
Velazco, Vicepresidente de la Comisión de Desarrollo Social de la AN, estima que las consecuencias de una hambruna pueden ser más desastrosas que el mismo Covid-19. En Venezuela, aseguro, se cuentan por millones los niños que no pueden tomarse un vaso de leche condenable hecho que compromete el desarrollo armonioso del futuro del país que de no corregirse los convertiría en unos seres famélicos, con escaso desarrollo físico y mental y, por tanto, inútiles para el progreso y desarrollo de la nación venezolana. A juicio de Velazco la estrategia del régimen, más que proteger a la población es mantenernos desmovilizados y así tener el control político y social ejecutado por los cuerpos policiales y detener la ola de protestas que estuvieran sacudiendo el país por la falta de gasolina, la crisis eléctrica, la escasez de agua potable, la hiperinflación y su hambre, la falta de transporte, la falta de efectivo, la destrucción de la CANTV y las comunicaciones y el internet.
De lo que se trata es de mantener el control sobre los ciudadanos confinándolos en sus casas. A este régimen, poco o nada le importa el sufrimiento del pueblo y ya lo ha demostrado al retrasar caprichosamente la llegada de la ayuda humanitaria por varios años mientras la gente moría de hambre y de mengua en los hospitales por falta de medicinas. Este es un régimen fascista y totalitario y a este tipo de gobierno para nada le interesa el ciudadano, sólo le interesa tener el poder por el poder.