La crisis del coronavirus ha calado con fuerza en Ecuador, donde ya se confirman 2.302 contagios y 79 muertes por covid-19, con una creciente preocupación ante la incapacidad de las autoridades para abordar la situación y un inminente colapso del sistema de salud del país y de los organismos policiales, a tal punto que los cadáveres empiezan a aparecer en las calles de Guayaquil, una de las ciudades más importantes.
De acuerdo con El Universo de Ecuador, los cuerpos de quienes han fallecido en sus domicilios empiezan a ser arrojados embalados en aceras, esquinas o depósitos de basura, pues las autoridades no se dan a basto para levantar todos los cadáveres que se reportan en la ciudad ecuatoriana.
La situación ocurre tanto en el caso de fallecidos por covid-19 como aquellos que murieron por otras causas, y aunque el gobierno prometió encontrar una respuesta al problema este lunes 30 de marzo, el problema se intensificó en las últimas 24 horas.
«La intención del gobierno es que todos, no sólo los fallecidos por COVID-19, sino todos los personas que fallezcan estos días en la ciudad de Guayaquil deben tener un entierro digno, acompañado del representante de la religión que profese”, aseguraba el vicepresidente Otto Sonnenholzner el lunes.
No obstante, desde distintas partes de la ciudad empezaron a avistarse cadáveres en espacios públicos. En el hospital Teodoro Maldonado Carbo, al sur de Guayaquil, consiguieron cuerpos cercanos a un depósito de basura.
La cantidad de cuerpos incrementa con el pasar de los días debido a la tardanza del Gobierno para levantar los cadáveres en los domicilios a causa de las medidas de restricción de circulación y el toque de queda, aunados a un nerviosismo generalizado en la población.
En tan solo una semana, la Policía Nacional informó que levantó 308 cadáveres en domicilios de todo el país. Pero lo más preocupante es que hasta el 31 de marzo, hasta 111 cuerpos estaban pendientes por ser recogidos.
El colapso es absoluto, pues incluso las funerarias se quedaron sin capacidad para recibir los cuerpos.
Según reportó Reuters, en las afueras de diversos cementerios se han registrado largas filas de familiares en busca de un lugar para enterrar a algún fallecido, pero la cantidad de cadáveres supera las capacidades de cremación de cualquier funeraria.
“Se pueden realizar entre 24 o 25 procesos de cremación al día, pero el problema es que la cantidad de fallecidos es mayor, entonces no se abastece”, dijo Sebastián Barahona, coordinador de la Federación Nacional de Funerarias, a Reuters.