Juan Carlos Zapata (ALN).- China, al igual que Cuba y Rusia, es otro factor que se mueve en esa delgada línea de la negociación entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro, por un lado; y como factor de peso en América Latina. China, con menos exposición que Rusia y Cuba, no por ello deja de tener una posición respecto a la crisis de Venezuela. La manifestó en la más reciente visita del presidente Xi Jinping a Moscú. Porque Pekín y Moscú coinciden en un punto de fondo: que la solución es política y no militar y que no haya injerencia externa.
Ahora que la negociación entre Juan Guaidó y Nicolás Maduro ha entrado en un terreno casi que incierto, China puede pasar a ser un elemento que juegue un papel más activo y más importante. La negociación, como se sabe, no tiene fecha de recomienzo. Las partes de Juan Guaidó y Nicolás Maduro no han acordado la nueva cita. Llevan dos semanas en consultas. No han roto. El costo de romper es alto. Pero cada sector ya tiene preparado el relato de la ruptura, si esta sucede. Están de acuerdo con celebrar un nuevo encuentro, pero todo suena, todo indica, a que están encallados en el aspecto crucial de las elecciones. Maduro insiste en elecciones parlamentarias y levantamiento de sanciones, y Guaidó en elecciones presidenciales sin Maduro en el poder, sin descartar más sanciones, más presión internacional de Estados Unidos y Europa. El escenario es decisivo. Bien para seguir avanzando o para romper de manera definitiva.
China no estuvo en la cumbre de Estocolmo celebrada en junio. Participaron Rusia, el Vaticano, la Unión Europea. Cuba también, aunque no en el encuentro central. Estados Unidos, declinó participar entonces. La posición de Estados Unidos no es otra que elecciones presidenciales con Maduro fuera del poder. Y para alcanzar ese objetivo, las sanciones contra el régimen, contra figuras del régimen, contra boliburgueses de confianza de Maduro, y contra los hijos e hijastros de Maduro.
De la cumbre de Estocolmo emergió el apoyo a la negociación que tiene al gobierno de Noruega en plan de mediador. Pero luego de dos reuniones en Oslo y dos en Barbados, lo que venía fluyendo, ha dejado de fluir de manera “expedita”, que es lo que quiere Noruega, al declarar que la mesa de negociación es continua y permanente. El Parlamento Europeoy la Comunidad Europea solicitan resultados en la negociación o de lo contrario habrá más sanciones contra el régimen de Maduro.
Ahora el factor China sube de peso. Puede seguir los pasos de Rusia. Rusia quiere que la negociación fructifique. Vladímir Putin, el canciller, el vicecanciller, el director del Departamento de América Latina de la Cancillería rusa, actúan de voceros, opinan, marcan línea respecto a la crisis. Rusia quiere que se le vea como parte de la solución y no del problema.
Tommy Stromberg, que es el embajador de Suecia en los países andinos, opina que la crisis en Venezuela se resolverá si en la negociación participan Cuba, Rusia y China. Este diplomático reside en Bogotá y ha sido un activista en tal sentido. Fue pieza clave en la convocatoria de Estocolmo. Y a un mes y medio de aquella reunión en la capital sueca, tres países de América Latina buscan la forma de cómo hacer que China se integre o sea más activa en la solución. Colombia, Chile y Brasil están haciendo el trabajo. “Chile, Brasil y Colombia no están interesados en que la crisis venezolana se resuelva de acuerdo con el escenario trazado por EEUU, señaló el experto del Instituto de América Latina de Rusia, Vladímir Jarlámenko”. Este es un reporte hoy de Sputnik. Iván Duque está de gira por China. Sebastián Piñera se reunió con el canciller chino, Wang Yi, y lo mismo hizo Jair Bolsonaro. En la agenda de Duque, Piñera y Bolsonaro con China, la crisis venezolana es un punto hablado y discutido.
El experto ruso anota que casualmente estos tres mandatarios se anotaron entre los primeros en haber reconocido a Juan Guaidó como Presidente Encargado, siendo de los más activos contra Maduro. Colombia es el país más afectado por el éxodo. También a Chile le ha correspondido tomar medidas especiales en cuanto a migración. Piñera hizo una gira en abril por China, igual que ahora lo hace Duque. En mayo, el vicepresidente de Brasil, Hamilton Mourao, y Xi Jinping relanzaron en Pekín las relaciones de los dos Estados. Bolsonaro visitará Pekín este agosto. De modo que todo se cruza, y el aspecto clave es Venezuela.
Sputnik también consultó al “experto de la Universidad de Shanghái Jiang Shixue”. Y este apuntó que “antes de que estos tres Estados solicitaran la ayuda de China, Pekín declaró que las fuerzas externas no tenían que interferir en los asuntos internos de otros países y acudir a la intervención militar o amenazar con ella”. He allí la coincidencia con Rusia. Jiang Shixue dijo, además, que “existen al menos cuatro razones por las que los países de América Latina insisten en que su ‘amigo’ asiático les ayude con la solución del problema venezolano: China es la segunda economía del mundo; la influencia de China aumenta en la arena mundial; China es un miembro permanente del Consejo de Seguridad de la ONU; China tiene buenas relaciones con Venezuela, Colombia, Brasil y Chile”. Así que “por ello, estos países consideran que Pekín puede desempeñar un papel importante en la resolución de la crisis venezolana”.
Otro experto ruso “Vladímir Jarlámenko, del Instituto de América Latina de Rusia, considera que Colombia, Brasil y Chile no están interesados en escalar la situación en Venezuela”, dice Sputnik.
Ahora falta la respuesta china. Hasta dónde se va a involucrar. Rusia dice que mantiene contactos con la oposición de Guaidó. China no se ha manifestado en ese mismo sentido. Rusia ha sorprendido al mundo con la forma como se ha involucrado en la crisis. Tampoco este ha sido el gesto de China. Pero la oposición de Guaidó entiende que los chinos son críticos hacia el régimen de Maduro.
Fuente: ALNavio.com