Mientras el proceso de diálogo entre los representantes de Nicolás Maduro y de Juan Guaidó se encuentra en una fase de consultas, los ojos del mundo vuelven a enfocarse en Venezuela gracias a la cita que tendrá lugar en Lima este martes 6 de agosto para lograr una reflexión plural sobre el caso. A la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela han sido invitados representantes de unos 100 países y se espera que el encuentro sirva de espaldarazo a las gestiones que buscan destrancar el juego político en el país.
La cancillería peruana, que terminó formalizando hace un mes las invitaciones al encuentro originalmente anunciado en abril, señaló que la intención es apreciar la grave situación en Venezuela y su impacto regional desde diferentes perspectivas.
“La participación de todos los gobiernos invitados busca crear un entorno internacional que contribuya a que los propios venezolanos puedan superar la grave situación que atraviesa Venezuela, sobre la base de su ordenamiento constitucional, los principios del derecho internacional y la plena vigencia del sistema democrático”, dijo el Ministerio de Relaciones Exteriores de Perú.
Rusia fue el primero en declinar su participación. La cancillería rusa, al evaluar la invitación, dijo no estar convencida “de que sea acertado hablar sobre el problema de la democracia en Venezuela sin la participación de los venezolanos, representantes del gobierno de Nicolás Maduro y otras fuerzas políticas”. Concluyó que “es conveniente que nos abstengamos de participar en dicha conferencia”.
Según fuentes diplomáticas citadas por varios medios internacionales, Cuba también habría decidido no tomar parte en la reunión.
Rusia y Cuba son dos grandes aliados de Nicolás Maduro, pero no son los únicos. A Lima también fueron convocados China y Turquía, entre otros, aunque todavía no se han divulgado formalmente las listas de los asistentes ni se sabe con certeza quiénes declinaron.
Cuando el canciller peruano, Néstor Popolizi, formalizó las invitaciones dijo que para evitar la polarización en el encuentro no serían convocados ni Maduro ni Guaidó. Pero este fin de semana se conoció que Julio Borges, representante de Guaidó ante el Grupo de Lima, sí estará presente en el encuentro, algo que podría incidir en otras delegaciones de aliados de Maduro.
Crisis migratoria y secuelas económicas
Si bien no se abriga que de la reunión surja un comunicado o un pronunciamiento unificado, sí que la cita sirva de caja de resonancia ante los problemas que Venezuela implica para la comunidad internacional. Más allá de las posturas políticas sobre el hecho de que el régimen de Nicolás Maduro se alejó de la senda democrática y de que viola sistemáticamente los derechos humanos de los venezolanos, están las repercusiones que tales acciones generan a nivel global.
La sola estimación de que el número actual de venezolanos que han emigrado se pueda duplicar de aquí al 2020 enciende todas las alarmas. Todos están conscientes de que la crisis migratoria y de refugiados no cesará si el conflicto político de Venezuela se prolonga mientras, en paralelo, se agudiza el descalabro económico del país.
Pensar que el próximo año puede llegar a más de 8 millones el volumen de venezolanos movilizados en el exterior es un tema que no puede dejarse de lado. Aunque este ha sido el foco de otros encuentros regionales, en esta ocasión se busca darle visibilidad global.
El Grupo de Lima, que lleva meses gestando la reunión de este martes, en su reciente declaración del 23 de julio reiteró “su preocupación por el agravamiento del éxodo migratorio venezolano, que tiene matices trágicos por la expulsión forzosa de personas, y el impacto que ha generado en nuestros países, haciendo un llamado a continuar la coordinación regional, política y técnica y el trabajo conjunto con países donantes, organismos internacionales y financieros, y solicitaron que se incremente la ayuda financiera a los países de acogida para dar una respuesta efectiva a las necesidades de los migrantes”.
Se espera que en la Conferencia Internacional por la Democracia en Venezuela se analice el impacto económico de esta situación con la participación de representantes del Banco Interamericano de Desarrollo.
Seguimiento y presión
Se espera que en la conferencia confluyan los más de 50 países que le dieron su respaldo a Guaidó, que usarán el escenario para seguir empujando el proceso de diálogo entre chavistas y opositores en Barbados, con mediación de Noruega, como una vía para generar un cambio positivo en Venezuela.
Sin embargo, por como lo han adelantado algunos como el Grupo de Lima y la Unión Europea, es inadmisible que se use el recurso del diálogo como un mecanismo para dilatar los procesos y enturbiar un pronto llamado a elecciones libres y transparentes.
Para el Grupo de Lima “en caso de no alcanzarse ese objetivo, se impondrán medidas de presión y sanciones adicionales”. La Unión Europea, por su parte, aseguró que habrá sanciones si no se registran “resultados concretos” en las conversaciones de Barbados.
A la presión se suma Estados Unidos, que ha venido imponiendo sanciones particulares sobre funcionarios allegados a Maduro para acelerar el proceso, por lo que no es descartable que de la cita de Lima salgan diversos llamados que apunten en esta dirección para evitar que la crisis venezolana se prolongue indefinidamente.
Planes concretos en la agenda
A la conferencia asistirá John Bolton, asesor de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, en representación de Estados Unidos. “Espero con ansias mi viaje a Lima para la Conferencia Internacional sobre Democracia en Venezuela para discutir la crisis política en curso con los líderes regionales. Esta es una gran oportunidad para reunirse con amigos en el hemisferio en apoyo continuo para el presidente Juan Guaidó”, escribió Bolton en Twitter.
Se ha dicho que Bolton estará acompañado por el secretario de Comercio, Wilbur Ross. Esta dupla resulta de interés, porque la semana pasada Ross estuvo en Brasil tomando parte en un seminario donde se analizaban temas ligados con inversiones y desarrollo de infraestructura, y allí claramente explicó que el Consejo de Seguridad de Estados Unidos le pidió al Departamento de Comercio un proyecto de corto, mediano y largo plazo de apoyo a la reconstrucción de Venezuela. Comentó que, debido a esta encomienda, 14 agencias federales han estado trabajando a lo largo de cuatro meses para preparar el plan que quedaría en manos de Juan Guaidó y su equipo.
Sobre esta base dijo que su país está dispuesto a apoyar reformas que favorezcan al mercado y privatizaciones en Venezuela con créditos e inversiones una vez que cese la usurpación del poder por parte de Maduro.
“La reversión del socialismo ocurrirá a través de las reformas necesarias para Venezuela, que necesita un nuevo sistema tributario, nuevas instituciones tributarias, reestructuración de la deuda y revitalización de la estructura bancaria del país, retorno de expatriados y apoyo a la agricultura. Construyamos nuevos negocios y restaurar el crecimiento”, dijo Ross.
Fuente: ALNavio.com