Difícilmente se puede encontrar en el mundo un régimen que reúna tantas miserias juntas en su acontecer como el que usurpa en estos momentos la presidencia de la república en Venezuela.
En primer lugar, es ilegal e inconstitucional porque nació producto de la trampa y el fraude al ser electo fuera de los estándares constitucionales , violando la constitución y las leyes al ser convocada su elección por un organismo totalmente ilegal cómo es la asamblea nacional constituyente inventada por el mismo régimen para oponerla y neutralizar a la muy legítima Asamblea Nacional elegida mayoritariamente por el pueblo venezolano el seis de diciembre del 2015.
Es fallido porque no ha querido ni ha podido satisfacer las expectativas y necesidades básicas de un pueblo a pesar de haber contado con unos descomunales ingresos que superan los dos billones de dólares por la venta del petróleo , y es criminal porque ha violado no sólo la constitución y las leyes a su antojo y con ello fundamentales derechos humanos , sino acuerdos de carácter internacional que son supraconstitucionales.
Es un régimen profundamente corrompido y disoluto en el cual conviven funcionarios de alto rango, militares y civiles que han cometido todo tipo de atrocidades con los dineros del pueblo venezolano delitos por los cuales han sido señalados por distintos gobiernos del mundo y solicitados por la justicia internacional, incluido el propio presidente en cuestión .
Es un gobierno señalado por la OEA y la ONU, a través de informes de la AltaComisiónada para Los Derechos Humanos y otras dependencias , de crímenes de lesa humanidad, entre los cuales destacan los asesinatos del Concejal Fernando Alban, lanzado desde el décimo piso del Sebin y presentado como un suicidio, y El Capitan Jesús Acosta Arévalo , muerto a punta de coñazos, también en las instalaciones del Sebin que se ha convertido en lo más parecido a la siniestra Seguridad Nacional del dictador Pérez Jiménez . Pero , por sobre todo, es un régimen indolente al que nada le importa el sufrimiento del pueblo venezolano.
A causa de su desastroso desempeño Venezuela atraviesa la peor crisis humanitaria que haya podido presentarse aún en naciones con guerras internas . Más de cinco millones de venezolanos andan regados por el mundo al tener que huir del país que los vio nacer porque el régimen imperante no es capa de garantizar calidad alguna de vida y un futuro seguro a sus familias.
En Venezuela el hambre campea por todos lados y se pasea con el moño suelto condenando a cerca del noventa por ciento de la población a días de inanición porque el gobierno de Maduro ha generado una hiperinflacion que le impide a las grandes mayorías comprar los alimentos que requiere un grupo familiar con un salario mínimo que no llega a dos dolares mensuales.
Es un régimen que con su incapacidad y negligencia llevo al colapso los más elementales servicios públicos. La electricidad y el agua potable, que llegaron a ser considerados unos de los servicios más eficientes del mundo prácticamente son inoperativos causando penurias insoportables. Sin embargo , Nicolás Maduro se niega a buscarle soluciones a esta grave crisis humanitaria abandonando el poder que usurpa y permitiéndole a los venezolanos buscar nuevos rumbos para beneficio del pueblo. Por el contrario, lo que hace es atornillarse en el poder con todo tipo de triquiñuelas como la que acabamos de presenciar con la fraudulenta elección parlamentaria del 6-D donde sus candidatos, en un país donde el noventa por ciento de sus pobladores rechazan al régimen y no acude a votar, obtienen el 91 por ciento de las curules en juego. Cosas como esas, que el mundo no puede comprender, solo se ven en tiempos de revolución .
Emiro Albornoz León
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