Más de un año después de que Juan Guaidó jurara el cargo de presidente encargado de Venezuela, y ante la resistencia del régimen de Nicolás Maduro y su intento, sobre todo, de tomar el poder legislativo por la fuerza, el Gobierno de Estados Unidos vuelve a barajar una intervención de tipo militar, con una gran diferencia respecto a 2019: ahora Washington detecta una mayor disposición al uso de la fuerza por parte de sus aliados en América Latina.
Por David Alandete – ABC DE ESPAÑA
Según dijo el viernes a ABC un alto funcionario de EE.UU. en un encuentro en Washington con un reducido grupo de periodistas, «al principio en 2017, cuando el presidente [Donald Trump] hablaba con otros líderes de América Latina sobre la necesidad de opciones militares, lo que no significa necesariamente una invasión completa, los líderes de la región se mostraban escépticos, reticentes».
Ahora, dice ese alto funcionario, esos líderes de América Latina han cambiado de parecer y creen que la opción militar es adecuada. «Hoy, todos los líderes de la región dicen: es probable que tuvierais razón, es probable que debamos ser más proactivos». Según esa fuente, no sólo el Gobierno y las agencias de inteligencia de EE.UU. coinciden en esa evaluación, sino también los aliados de Washington en la zona. Estos son principalmente Brasil, Colombia y Ecuador.
Con respecto esas opciones militares, el alto funcionario de EE.UU. asintió al ser preguntado por un bloqueo naval para cortar de raíz el tráfico con petróleo venezolano y su envío a Cuba. El alto funcionario rehusó dar más detalles, alegando que no puede revelar las opciones que baraja el Gobierno para facilitar la caída de Maduro. Para ese bloqueo debería desplegarse la Armada estadounidense, o las de sus aliados, en el Caribe.
Último recurso
«¿Quiere decir esto que es necesaria una intervención militar en Venezuela? Esperamos que no. Como es patente, las opciones militares tienen un rango que no significa necesariamente una invasión completa de Venezuela, algo que en sí mismo sería una verdadera hazaña», añadió esa fuente.
El 30 de abril el Gobierno de EE.UU. respaldó un pronunciamiento de Guaidó, Leopoldo López y un grupo de militares que acabó fracasando por la traición en último momento de destacadas figuras del régimen como el ministro de Defensa Vladimir Padrino y el presidente del Tribunal Supremo Maikel Moreno. A principios de 2019, varios altos funcionarios estadounidenses advirtieron repetidamente a Maduro del uso de la fuerza, pero dejaron de hacerlo tras el fracaso de aquel pronunciamiento.
Nueva estrategia de seguridad
El mismo alto funcionario reveló que la Casa Blanca está trabajando en su primera estrategia de seguridad para el continente americano desde la que George Bush hijo aprobó en 2004. Esa estrategia, que se hará pública en aproximadamente un mes, constará de cinco grandes puntos y uno de ellos está dedicado a la preservación de la democracia en todo el continente, con menciones expresas a Venezuela y Cuba. Su objetivo es lograr un continente americano libre de dictaduras, lo que pasa por provocar cambios en esos dos países y también en Nicaragua.
El funcionario afirma que Trump considera la crisis en Venezuela una amenaza para la seguridad nacional de EE.UU. «El presidente es consciente, ha visto de primera mano, los fallos de nuestras prioridades en materia de seguridad nacional. Cada día se pierden vidas de estadounidenses por el régimen de Venezuela. Vemos esos flujos, que como saben le importan mucho al presidente, de narcóticos y drogas», asegura. Washington, añade, ha identificado las tres rutasprincipales de la droga venezolana, que enriquecen al régimen: por el Caribe, por América Central y por México.
Además está el problema de la crisis migratoria, con cinco millones de refugiados. «Se trata de la mayor crisis humanitaria en la historia moderna de esta región, y está desestabilizando a nuestros vecinos», afirma. «Si Colombia llegara a desestabilizarse por las acciones de Maduro en Venezuela, ¿qué significaría eso para nuestra seguridad nacional? Sería algo muy feo».
Este alto funcionario también afirma que ha avisado a la española Repsol, además de a otras petroleras, de que es hora de replegarsetotalmente de Venezuela y poner fin a sus negocios con el régimen. «Les hemos puesto sobre aviso, sus actividades con Maduro y Pdvsa [la petrolera estatal] deben acabar», dijo.