Luis Lacalle Pou asumirá el domingo 1 de marzo como el nuevo presidente de Uruguay, el más joven en la historia del país y el que puso fin a 15 años de gobiernos de izquierda.
Abogado, exdiputado y senador, el político de 46 años lidera una heterogénea coalición de derechas que fusiona el centro con militares, liberales, conservadores, estatistas, católicos y evangélicos. Una alianza que generó el temor entre opositores y críticos de que el país avance hacia políticas de mano dura y recortes presupuestales.
Observadores y analistas han atribuido el triunfo de Lacalle Pou a un mejor desempeño mediático y a un desencanto ciudadano con el gobierno izquierdista saliente, al que sus opositores acusaron en la campaña de carecer de propuestas y liderazgo para resolver los problemas del país, como la inseguridad.
En la coalición de derechas primó el llamado de un “futuro común” como gobierno, dijo Lacalle al saberse ganador. Ha dicho que una de sus prioridades durante su gobierno de cinco años será la seguridad, que ha visto un deterioro desde que por primera vez asumió la izquierda, de la mano del Frente Amplio, en marzo de 2005. La unión derrotó al socialdemócrata Frente Amplio, quitándole la mayoría parlamentaria ostentada durante tres lustros.