En Venezuela el sicariato está en boga, con suficiente personal para exportar, en días pasados dos venezolanos identificados como José Vicente Gómez Ríos y Pedro José Acosta Ovalles, viajaban en una unidad de transporte público, en la ciudad costera de Colombia, Barranquilla, portando armamento de largo alcance, los organismos de inteligencia y cuerpos de seguridad del Estado, relacionan el suceso, con un plan gestado desde Venezuela, para asesinar al presidente del vecino país Iván Duque.
No quiero escribir sobre la degradación del ser humano, quién a cambio de dinero, mata a sangre fría, en la creencia que ejecuta un trabajo, vergonzoso por demás el tema, cuando los ejecutores apenas cumplen la mayoría de edad, AMÉN, que para un grupo de militares en el exilio, son personeros del gobierno, quienes financian la operación.
Más que inquietante, cuando el gobierno es señalado de narcotraficante, corrupto y terrorista, para sumarle la perla, de sicario, es decir que aumenta su perdida de valores y principios ante la comunidad internacional. Venezuela, referencia en la cuarta república por sus riquezas petroleras, oro, diamante, hierro, aluminio, y por la formación de personal científico y tecnológico, hoy en este socialismo del siglo XXI, es la capital de la inmoralidad, tal es la percepción, de más del 80% de la sociedad, que las instituciones están secuestradas, no existe la división de poderes, los cuerpos de seguridad están en manos de mafias, que solo sirven a las órdenes de un patrón.
El problema está más que claro, que hacemos para cambiar este escenario, actores políticos de oposición, han planteado la posibilidad de un gobierno transitorio, un nuevo CNE, la re estructuración de las instituciones, hasta una posible alianza cívico, militar para ir detrás de las estructuras de corrupción, integradas pon grupos hamponiles al servicio de la revolución, la interrogante, ¿ Cuál es la estrategia?
Asdrubal Boscán
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