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Emiro Albornoz Leon: El Covid 19 hace arraso en Venezuela.

El régimen oculta las cifras , deliberadamente , para el macabro reporte diario de las incidencias de contagios y muertes a causa de la pandemia, pero en estos momentos deben estarse dando los números que estimaron las Academias se producirían en nuestro país.

Hace unos meses los Académicos realizaron unas proyecciones, en un pais con el sistema de salud colapsado que ameritó la declaración de crisis humanitaria en salud, con las emergencias desabastecidas y abarrotadas de contagiados y por otras patologías , y con una escasez pronunciada de camas de terapia intensiva, que hablaban de cuatro mil y más casos diarios y una incidencia de muerte de un tres por ciento de los enfermos de Covid que dan en números redondos unas 120 personas fallecidas diariamente por las complicaciones del mal.                                         El regimen que destruye a Venezuela a paso de perdedores, desde el mismo comienzo de la pandemia, imaginamos que se propuso como objetivo hacerle creer al mundo y a los venezolanos, a pesar del desastre reinante en hospitales y demás centros de salud a lo largo de todo el país, que habían logrado contener la enfermedad, cosa que no lograron ni en el imperio «mesmo» y la revolución, de manera mágica, sí lo hizo.                                                   La estrategia revolucionaria fue puesta en marcha de tal manera que ni en Norteamérica, ni Europa y otros países del continente con excelentes servicios de salud podían contener el avance de la pandemia ni las consecuentes muertes a causa de las severas complicaciones respiratorias que padecían un buen porcentaje de los contagiados.                                  Este cronista llegó a observar como una especie de regocijo o una mueca de satisfacción cuando en los noticieros manipulados de los medios radioeléctricos al servicio exclusivo de la revolución y en las peroratas insoportables de Nicolás y Diosdado, hablaban de las consecuencias de la enfermedad en Estados Unidos.                      Parecían alegrarse al dar cifras de muertos   mientras acá casi no moría nadie.                                     Se afincaban cuando hacían referencia de los fallecidos en la gran nación del norte que ya hoy tiene a buena parte de sus más de trescientos millones de habitantes vacunados y en poco tiempo será la totalidad,  para entrar nuevamente en su proceso productivo a gran escala.                                    Mientras tanto los países desarrollados como Estados Unidos, Rusia, Inglaterra, Alemania China, exportadora de la enfermedad,  y alguna que otra nación hacían grandes esfuerzos e inversiones en búsqueda de la solución al problema como es la vacuna inmunizadora. Y lo lograron en menos de un año.                       Lamentablemente y gracias a esta porquería de revolución de la miasma , los venezolanos, a pesar de estar nadando sobre unas reservas petroleras que superan los setecientos mil millones de barriles en las entrañas de la tierra y haber recibido está revolución una descomunal montaña de dólares estimada en unos dos billones de esos billetes verdes, porque entre las administraciones de Chávez y Maduro se los robaron y dilapidaron, apenas si se ha inmunizado un uno por ciento de la población con unas cuantas vacunas  rusas, la Sputnik,  de las cuales nada se sabe cómo fueron adquiridas.    Y de pasapalo, se inmunizaron primero el usurpador y su primera combatiente, los diputados fraudulentos, los dirigentes del partido que sustenta a esta porquería de régimen, y quién sabe cuantos más.         Dejaron por fuera al personal médico que está en primera línea de combate contra la pandemia y exponiéndose como lo hacen y centenares ya rindieron sus vidas.                                 Pero observamos con tristeza como países del continente como Chile, México, Perú y hasta Colombia, al lado nuestro, que no poseen las riquezas nuestras,  anunciaban al mundo la contratación del total de vacunas que requieren.
Emiro Albornoz Leon