Los altos personeros de esa bazofia llamada revolución, que ha tenido como principal proyecto la destrucción de Venezuela como país próspero que fue para someter al pueblo por medio del hambre, no hablan por hablar.
Ellos (Nicolás y Diosdado) no abren su jetota y lanzan sus insultos y amenazas por casualidad o equivocación. No. Lo hacen porque ya lo han estudiado y analizado en ese recinto del mal y la perversidad en que se ha convertido la sala situacional de Miraflores, dirigida por los mercenarios cubanos que han tomado a nuestro país como base de operaciones para el propósito del régimen isleño de extender el comunismo por el continente.
Primero fue Maduro este 7 de octubre quien, metiéndose la Constitución y la Ley Orgánica de Procesos Electorales (LOPRE) por el bolsillo de atrás dejó colar la propuesta de adelantar las presidenciales para el año 2023 y que éstas se realicen conjuntamente con las regionales y municipales. En esa oportunidad ‘super bigote» expresó lo siguiente: «Estamos en el año 2022 (…) vienen los años 2023 y 2024. ¿Cuándo es que hay elecciones (presidenciales)? Héctor Rodríguez (gobernador de Miranda), ¿cuándo hay elecciones? 2024, ¡o antes! Lo cierto es que nosotros estamos preparados para que cuando haya elecciones ir a una gran victoria popular. Y seguidamente adiciono: «Cuando sea, dónde sea y cómo sea. Si tú quieres, yo también quiero, si tú no quieres, yo quiero».
Ahora, hace escasos días, ese ser que llaman el número dos del chavismo en una rocambolesca intervención cuando juramentaba las estructuras de base del PSUV, soltó esta perla: «Los escuálidos andan de infarto, andan asustados porque ellos están organizando unas primarias ¿y si las elecciones son antes de que ellos hagan las primarias? Se quedan sin el chivo y sin el mecate».
Cabello afirmó que el oficialismo está obligado a ganar cualquier elección. «Las elecciones son mañana y el Partido Socialista Unido sale a ganar mañana. Si dicen que son en enero, en enero ganamos».
Este desprevenido observador que conoce bien la «indiosincracia» de los jefes de ese bodrio revolucionario, conoce perfectamente que estos apátridas y pervertidos no están jugando. Ellos están ensayando para luego actuar, y me atrevo a afirmar que las elecciones del 2024 serán adelantadas para impedir que la oposición efectúe las primarias que ya tienen fecha para el próximo año y la plataforma Democrática ya tiene establecido lo que son los principios de ese evento.
Maduro y Cabello saben que nadie los quiere, que los venezolanos que quedan acá, que sienten el hambre y la miseria que ha dejado a lo largo de 22 años está revolución perdida, en más de un 80 por ciento los rechazan y les propinaran una derrota histórica y sin precedentes, más contundente aún que la del año 2015 durante las elecciones parlamentarias cuando la oposición obtuvo las dos terceras partes de los diputados de la Asamblea Nacional que se estaban eligiendo.
Cabello y Maduro pisotean la Constitución porque las competencias sobre la realización de los procesos Electorales para escoger cargos de representación popular son de la única y exclusiva competencia del Consejo Nacional Electoral.
Pero también es cierto que una dictadura no entiende de leyes ni de normas y mucho menos de democracia. Ya lo hicieron en el 2018 cuando adelantaron las elecciones presidenciales para el mes de mayo y éstas fueron desconocidas, hasta el día de hoy, por los países democráticos del mundo.
Pero igual creo que adelantadas o no, la oposición Democrática se las ingeniara para escoger su candidato y el pueblo venezolano saldrá masivamente a apoyarlo para sacar a Nicolás Maduro y su banda de depredadores del gobierno, y Venezuela recobre la institucionalidad asaltada por esta revolución y con ello el progreso y el desarrollo del país.