Hasta el momento, Washington cuenta con ocho países que han ofrecido cooperación, algunos poniendo su territorio a disposición y otros sirviendo la mesa para futuras acciones con declaraciones que van en línea con la política antinarcóticos de la Casa Blanca
En medio de las crecientes tensiones en aguas del Caribe, Francia ha decidido incrementar su vigilancia en la zona, enviando más buques a Guadalupe, su territorio de ultramar, anunció Manuel Valls, ministro de los Territorios de Ultramar en lo que no parece una coincidencia sino en un esfuerzo internacional concertado contra el narcotráfico en Hispanoamérica.
El secretario de Estado norteamericano, Marco Rubio, resaltó en la última reunión de Gabinete en la Casa Blanca los avances liderados por el presidente Donald Trump en la construcción de una «coalición internacional» contra «la plaga» del tráfico de drogas.
Hasta el momento, Washington cuenta con ocho países que han ofrecido cooperación de distinta índole, algunos poniendo su territorio a disposición y otros sirviendo la mesa para futuras acciones con declaraciones que van en línea con la política antinarcóticos de la Casa Blanca.
En ese sentido, Argentina designó al Cartel de los Soles como organización terrorista, sumándose a Ecuador y Paraguay, que lo hicieron poco después de que Estados Unidos diera el primer paso en esa dirección el 25 de julio. República Dominicana también se comprometió a «combatir todos los carteles, incluyendo este», según el presidente Luis Abinader.
El gobierno de Javier Milei incluyó en el Registro Público de Personas y Entidades vinculadas a Actos de Terrorismo y su Financiamiento al grupo que estaría dirigido por Nicolás Maduro.
Rubio, sin embargo, busca sumar al despliegue en el Caribe a México, Canadá y sus aliados preferentes en Europa.
Fuentes diplomáticas han señalado a ABC que Rubio se encuentra en conversaciones tanto con sus aliados de América del Norte, como con los gobiernos europeos de Italia, Reino Unido y Francia. La idea del Departamento de Estado es sumar esfuerzos militares de aquellos países que padecen las operaciones internacionales del narcotráfico. España, de momento, se queda fuera de las conversaciones.
La relación entre el gobierno de Pedro Sánchez y Washington se ha tensionado aún más tras los últimos acuerdos del Ejecutivo socialista con el régimen comunista de China, el gran rival geopolítico de la administración de Donald Trump.